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Mostrando entradas de enero, 2023

Camino nuevo

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  Dije que iba a la casa de una amiga. Pero no. Voy sola. Elijo el bosque.   El bosque era el paseo familiar de los domingos. Mi mamá llevaba en su mochila suficiente comida y abrigo. Mi hermano juntaba frutos y hojas como para convertir nuestra habitación en un museo de ciencias naturales. Le encantaba contarme todo lo que investigaba sobre sus tesoros. A mi, en cambio, me gustaban más los bichos y molestar a mi hermano que prefería mantenerse lejos de todo lo que se moviera por sí solo.   Esta vez no es domingo. Y decido descartar el camino familiar.   Elijo el sendero que está marcado con rojo. El silencio tejido de ramas me eriza la piel. Necesito mirar, respirar hondo, llenarme de ese olor a tierra fértil. Un camino apenas dibujado. Alguna señal indica por dónde seguir. Por momentos me aferro a las raíces de algún árbol que son como brazos para el camino que baja.   Un colchón de hojas cruje con mis pasos. Siento la soledad. Como cuando descubrí que podía quedarm

El peso de las palabras

  EL PESO DE LAS PALABRAS                                          ¿Acaso flotan eternas como prisioneras de un ventarrón? ... Silvio Rodriguez ¿Qué palabras nos habitan? ¿De quiénes son las voces que escuchamos en nuestro interior? ¿Elegimos bien las palabras para sostener nuestras ideas, nuestros sueños? ¿Cuáles son las que nos decimos cuando pensamos   iniciar un proyecto? ¿Quién nos dice esas palabras en lo más profundo de nuestro ser? ¿Y en nuestros vínculos? ¿Sabemos encontrar las palabras para acercarnos? ¿Sabemos acariciar, curar, nutrir con las palabras? Cuando alguien muere, sigue dialogando con nosotros en sueños y convocamos sus palabras en las conversaciones con la gente que tenemos en común. Clemente, el cacique qom, de la comunidad Derqui , explicaba en una charla que ellos hablan poco porque eligen las palabras, sabiendo que son poderosas y provocan cambios en quién las escucha. “Las palabras son físicas, pueden sentirse”, asegura el filósofo Luis Castell

Puercoespín

  Pobrecito el puercoespín parecía un alfiletero, tenía prohibida la entrada a todos los peloteros. Pinchaba a sus compañeros y cuando él quería bailar se largaban a llorar. ...Y así el psicólogo habló: "No es tan mala su intención, le hicieron bullyng de niño,  le hace falta mucho cariño. Yo tengo la solución con tai-chi y meditación crema enjuague y buen jabón". Puercoespín, puercoespín yo quiero bailar con vos, acercate despacito y juntando nuestras manos, bailemos esta canción.

Reinas magas

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  Una a una,  enhebran la fila interminable,  cargadas de regalos para  el niño que vieron nacer.  No llevan capa  ni corona,  sino ropa de colores,  remeras con mangas,  zapatillas cerradas ( lo dice el reglamento). Viajaron muchas horas  hasta este punto,  el camino las guía en el medio del campo. Van en silencio,  algunas rumiando:  tristeza,  esperanza, culpas ajenas,  otras van a los gritos,  sus fantasmas tiran piedras desafiantes. Tan distintas ellas, solidarias; las une la misión de llevar ofrendas, en bolsitas transparentes: pan,  yerba,  fideos (los tomates pelados, cortados, sin semillas). Ellos se pondrán la mejor ropa, aunque  no la tengan, para cumplir el ritual, buscarán un mantel que cubra sus pensamientos oscuros, el pedacito de pasto, el árbol  con su nido de chimangos, la vista del horizonte serán la tierra prometida. desde el encierro. Allí, sin la estrella, se abrazarán a las magas entre lágrimas, también risas, hasta que la guardia  diga: Se ha terminado la visita

Mantenimiento

 Las palabras siempre tienen una oportunidad. No importa lo repetidas que estén. Cierto es que a veces se gastan, se deslucen. Capaz que se rajan como el pantalón viejo o el plato que tanto nos gustaba y no hay hilo ni oro que pueda volverlos a la vida; pero también hay momentos iluminados en los que algo o alguien las pronuncia, les da cuerda  y entonces se iluminan. Ese alguien me habló del mantenimiento. Mantenimiento: Todo, todas, todos lo necesitamos, las paredes, las ventanas, el piso, el techo, las ventanas, los muebles, la cocina, la ropa, los libros, la biblioteca, las plantas, el perro, la tortuga, nosotrxs, nuestro cuerpo, los vínculos, la relación con nuestro yo profundo, con nuestra idea de divinidad, el barrio, la ciudad, el país, el planeta. Todo, todo. Listo, hoy mismo empiezo.