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Mostrando entradas de noviembre, 2020

Haikus- Ana G Casale

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Canta zorzal, otra rama del árbol tiembla tu ausencia. -------------------------------- Sol perfumado, caricia de una flor, es la magnolia. -------------------------------- Sin un permiso, brotan en el charquito, nubes y plantas. --------------------------------- ¿Es más real la vista de este sauce o su reflejo?

Deseos- Ana G Casale

 Mientras camino por el parque  voy juntando unos deseos, como flores, como  hojas para regalarte: Que seas feliz,  el mayor tiempo que se pueda, de esa felicidad que tiene los chicos y las chicas cuando juegan: Ninguno está pensando en que el juego se va a terminar en cualquier momento. No, se juega y punto, se pide un rato más, porque jugar es más importante que comer, cuando uno tiene esa suerte. Que tengas salud,  que no te duelan las muelas ni los pies, que no tengas sospechas,  ni dudas,de lo que te compone,  tus huesos, tus órganos,  tus latidos, tu sangre,  todo, marche de maravillas. Que tengas sueños reparadores,  que te caigas dormido en la cama,  por supuesto, primero, que tengas un lugar donde dormir y la almohada te abrace. Que los buenos pensamientos te acunen, te perdonen, te digan que todo está bien. Que tus sueños  sean una hermosa vida paralela, donde tengas aventuras y poderes, y que cuando despiertes  sientas que tu vida es preciosa  que no te hace falta ir ni volv

Casa de muñecas- Ana G Casale

  Ahí está ella, sentada frente a la ventana. Hay algo de rigidez en su gesto, pero quién no tiene, una pieza que le falte, un hilo descosido, una herida invisible. ¿Qué pasará por su cabeza? ¿Tendrá dentro suyo esa voz que nunca se calla? ¿O disfrutará de la vida, del cielo y sus colores? Pocas veces nos encontramos, estoy seguro que le gusto y me apena no haberme animado a hablarle todavía. En el otro extremo de la sala estoy, mis ojos puestos en esa mujer. Solo espero  a que Olivia se despierte y nos ponga a jugar  otra vez.

Desde el puente- Ana G Casale

  De casa al trabajo, del trabajo a casa, como decía el general, ¿No podrá desviarse un poco y dejarnos en un campo que huela manzanilla o bien cerquita del mar?

Ordenando-Ana G Casale

  Dicen , como es afuera es adentro. Tal vez por eso me gusta mirar esos ambientes tan ordenados, de revistas, muebles recién pulidos, paredes a estrenar. Miro mi habitación, lanas que esperan convertirse en mantas y saquitos papeles que sueñan ser cuadernos martillos y pinzas que reclaman ponerse a trabajar, libros despatarrados. ¿Me tenés unas sillas que en mi casa no entran? ¿Me guardarías los patines? Te dejo ropa para cuando me quede, y unos poemas que no quiero que lean. Guardame el backup de la compu por si me olvido, cuidame  la planta por si me muero y la bufanda de nutria que mató algún desgraciado hace cien años. Reviso lo mío entonces, me deshago de los cuadernos y de las agendas, como dijo Marie Kondo, pero se siguen escribiendo y renacen como germinados, en el cajón de las bombachas. Necesito poner orden pero las risas se enganchan con la medias impares y entre las remeras, una angustia inesperada se asoma y no me deja seguir. Mejor mañana,  mañana .

Intento- Ana G Casale

  Sube con un lienzo  por la escalera que da al cielo la mujer,caracolea, carga el día en sus pinceles, sus manos vuelan entre las nubes que empuja la tarde, con agua de arroyo pinta pájaros que escapan ni bien les crecen las alas, sus brazos dibujan olas,  llenas de aire aparecen montañas transparentes y abismos azules, los rìos se le escurren por el tejido, para poner orden y dividir las tierras de los mares convoca a las palabras, pero tropiezan unas con otras, alguna muere ensartada  por un signo de pregunta, y otras, atropelladas  por el carro de la pasión. Entonces, cierra los ojos  y canta, la música llena el espacio, firme su voz, las notas fluyen libres y sutiles, y una certeza le llena el pecho sabe que llegará el día, que las palabras acudirán a su llamado,  las formas y los colores  se asentarán serenos en la tela, mientras tanto, confía y canta.

Meditación- Ana G Casale

  Cuando te miro, pienso en el trillón de células, trabajando sin descanso,  para que ocurra este milagro, y estés viva frente a mi. Cuando te miro, escucho latir tu corazón y el eco  de su percusión intrauterina, sin que haga falta tu consciencia. Cuando te miro, contacto con tus ojos, entablan algún tipo de diálogo, todos esos diminutos seres que nos conforman. Cuando te miro, imagino a las voces locas  que conversan en tu cabeza, animadas como  en la mesa de un bar. Cuando te miro, registro,  todos los sensores me piden atención, me pica la nariz, siento un pinchazo en la muela, me molesta algo en la cintura, se me desacomoda la media. Con este caos, no estoy segura de poder relajarme. Entonces,con una sonrisa calma y poderosa me pedis que respire, yo y mi nariz obedecemos todo se calla, y el aire entra como si acabáramos de descubrirlo.

Desde el futuro ( A Marita)- Ana G Casale

En un abrir y cerrar   de palabras, de puertas, de párpados, en   el preludio de un mundo más justo, que corre delante, como una flecha a punto de clavarse en la tierra.   Cuando te arrastraron lejos, hubo que inventar palabras, para saber dónde estabas.   Lloré cada día, solo un poco, para   guardarte el agua. Esperé el encuentro, un llamado, una línea, tembló tu nombre en cada boca, hubo una silla para vos   en todas las reuniones, en todos los festejos   y escribí las cartas que nos   hubieras mandado. Cuidé cada hoja nueva, cada brotecito para cuando llegaras, y en la espera,   los libros, me prestaron sus mundos. Ahora, desde el futuro te escribo: Estás en todas partes.        

insomnio- Ana G Casale

  Ritual de la noche, con sus persianas bajas, la birome se desliza en la pista de renglones, desaforada, mi cabeza  intenta vaciarse antes de dormir. Trazo una línea, garabateo, escribo: es poco probable, que el dentista tenga tanta mala suerte o impericia que en lugar de arreglarme una muela. me destroce la boca, y el dolor fuera la mordedura de mil tábanos. Es poco probable también que al salir de mi casa avistara un animal hambriento agazapado en la sombras, enredados  los pensamientos correría sin fuerzas a ninguna parte. Es poco probable tener que huir con mis hijos, descalzos y hambrientos, echados de un paraiso de barro, empujados en un vértigo de balas y gases. Es improbable que una bomba caiga sobre la casa de enfrente, la de la terracita amarilla y naranja que suelo mirar desde la ventana, me temblarian la piernas, los latidos escaparian por la garganta desesperados sin entender el porqué, Y aunque no sería improbable morir esta noche, dudo que ya muerta siga dando vueltas p

El mar (a mi primo Jorge)- Ana G Casale

  Mi primo pintaba  el mar, querìa contarlo todo, no le alcanzaban los ojos para mirar por eso me llevaba hasta la orilla  ahí nos quedábamos hasta oler a sal, y llenarnos la mirada con destellos hipnotizados por el vaivén  y las transparencias turquesas  venidas desde el horizonte. No podía pintarlo sin sumergirse antes, sin hundirse en lo profundo. Cada pincelada era una palabra.  de matices azules y verdes, una textura de escamas,  un movimiento lento y pesado, lleno de agua. -¡A que no encontrás a las actinias! - me decía, y yo le buscaba rojos, cerezas encendidos,  movíamos los brazos, bailábamos un poco en una danza de medusas cruzada por un nautilo solitario,  en medio del infinito. Hasta que llegó de la luna esa foto, la de la bolita lechera olvidada por algún niño gigante, eso, éramos nosotros, tan frágiles, y ese océano, apenas una gota cósmica. Con el tiempo, los corales se volvieron blancos,   las redes àvidas llegaron vacías al puerto, y mi primo ya no quiso pintar, ni vol

(a Norita)- Ana G Casale

 Estuve a punto de contarte que el cuadro de mi mamá decapitó al Sagrado Corazón que la velaba desde abajo, ¿A quién más le diría semejante cosa? ¿Con quién más buscaría señales de otro mundo, y terminaría llorando de risa por las cosas más extrañas? ¿Con quién más me disfrazaría para cantar serenatas? ¿Con quién más haría una ronda de hijos y jugar hasta buscarnos en lo oscuro? Tengo al lado mío tu espacio que me acompaña. No supe abrazar hasta que me enseñaste, Hasta que me enseñaste no supe rezar. Perseguimos juntas a todos los Dioses a todos los sueños. Esperé cada regreso tuyo de otros mundos, escribimos juntas, contamos juntas, juntas parimos, soñamos y nos estrellamos también. Ni viuda, ni huérfana, no sé cómo nombrarme en tu ausencia. No pude llorarte hasta ahora tan ocupada en sostener tu mano tibia grabarme su peso, tus uñas redondas, en llevarte al agua de la fuente, en esa canción con la que te arrullaba.

Distancia- Ana G Casale

  Salgo al balcón, a mirar la luna que por estas noches está inmensa y redonda. Se ve el conejo que la habita. La luna parece escalar por los edificios para llegar al cielo. Como no me dan los ojos, busco los binoculares. El conejo ya no está, pero veo grandes manchas y pozos redondos. A la derecha Marte es un punto anaranjado, lejos ¿lejos? Como me parece que aún no veo bien, busco el telescopio, me demoro en enfocarla, pero ahí están: el cráter Tycho, el mar de las Crisis, el mar de la Humedad. Marte está muy cerca, ¿cerca?