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Mostrando entradas de enero, 2019

Higuerón

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El pájaro dejó la semilla, a la hora señalada, como si el universo lo hubiera decidido. Le pidió sus brazos amorosos y ahí anidada germinó. El árbol apreciaba su compañía. Para la estación de florecer, la semilla ya era un telón de raíces. Apenas un poquito más de espacio, un rayo más de sol, acaso bebo de tu savia,   que nadie más te mire, que nadie toque tu delicada madera, solo yo. Para la estación de hacer frutos, la semilla convertida en enorme árbol lo estranguló.                                                    https://www.ecured.cu/index.php?curid=197407

EL PESO DE LAS PALABRAS

                                    “¿Acaso flotan eternas como prisioneras de un ventarrón?”                                                                                                                         Silvio Rodríguez ¿Qué palabras nos habitan? ¿De quiénes son las voces que escuchamos en nuestro interior? ¿Elegimos bien las palabras para sostener nuestras ideas, nuestros sueños? ¿Cuáles son las que nos decimos cuando pensamos iniciar un proyecto? ¿Quién nos dice esas palabras en lo más profundo de nuestro ser? ¿Y en nuestros vínculos? ¿Sabemos encontrar las palabras para acercarnos? ¿Sabemos acariciar, curar, nutrir con las palabras? Cuando alguien muere, sigue dialogando con nosotros en sueños y convocamos sus palabras en las conversaciones con la gente que tenemos en común. Clemente, el cacique qom, de la comunidad Derqui , explicaba en una charla que ellos hablan poco porque eligen las palabras, sabiendo que son poderosas y provocan cambios en quién las

ESCRITURAS

La gubia escarbó hasta encontrar la palabra en su corazón de piedra. Pulidas con paciencia infinita, bajo los brillos del sol, danza amarilla de álamos, lenguaje secreto, como si fuera el nushu renacido, clandestino, rebelde y liberador.

Centro de estudiantes

Solidaridad era el último sindicato que quedaba en pie después del golpe de estado. Sus dirigentes pedían a los jóvenes estudiantes que llenaran las calles de pintadas y volantes. Había elecciones sindicales y querían mostrar que aún los militares no habían doblegado a toda la población. El centro de estudiantes de un secundario del barrio se ofreció a participar. Los siete amigos concretaron el encuentro en el sindicato y allí escucharon atentamente las explicaciones de los     dirigentes sobre los cuidados que debían tener. Esa misma noche participarían en la campaña. Fueron divididos en dos grupos con tareas diferentes: uno debía escribir en las paredes de un hospital y el otro llevar unos volantes hasta un laboratorio. A la hora acordada se encontraron los amigos que irían al hospital. Caminaron en parejas por la avenida. Iban a bastante distancia porque ya existía la prohibición de formar grupos de más de tres personas. En cualquier esquina podrían ser ajusticiados sin m

Sueño

El calor húmedo la hacía dormir mal.Sintió el aplastamiento de su cara contra la mano y de ésta sobre la almohada. Entonces con un movimiento brusco la dio vuelta, buscando el contacto más fresco. Al rato sacudió la sábana con la que, pese al calor, siempre se protegía tapándose hasta las orejas. Desde niña tenía esa costumbre. Tal vez algún sueño o un cuento en el que un demonio se acercaba a tocarle los pies, le había creado ese hábito de autodefensa. Por eso, aun sufriendo un poco más de calor, se sentía más segura. Cada tanto vigilaba que su perro durmiera sobre la manta que tenía al lado de su cama. Frente a esa soledad lo sentía como un ángel protector, un guardián fiel en ese submundo de pesadillas del que intentaba despegarse. Pero esta vez Congo no estaba. Tal vez había salido en busca de algo o alguien que rasgaba la puerta de madera. Ella   bien sa bía que la noche se poblaba de cucarachas y otros insectos que salían de sus nidos en busca de   comida. No podía so