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CAMBIO CLIMÁTICO

Un benteveo se hamaca en lo alto de una tipa. Grita su "bicho-feo" buscando compañera, confundido por el invierno que parece primavera. Un hombre de traje y portafolio grita "¡fundas para tarjetas Sube!"en la puerta de un café. Otro más que se confunde. ¿Quién va a venir a comprarle con la lluvia torrencial que acaba de desatarse?

Abrazo

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Extender los brazos hacia la persona que uno tiene enfrente,  acercarse levantando un brazo para tomar por el hombro  y con el otro rodear la cintura,  acompañar con una inclinación de la cabeza,   aflojarse con una profunda inspiración, ceder la confianza, lo más profundo, el corazón y el cuerpo;  dar tres golpecitos en la espalda del compañero de abrazo. Abrazo  de encuentro, abrazar hasta encontrar el alma  o hasta dejarla ir, aflojarse, dar el cuerpo. Abrazar para decir adiós, con un nudo en la panza,  nunca pero nunca más, para decir no quiero que te vayas. Abrazarnos en círculo, abrazarnos solidarios, hombro con hombro. Abrazar para dar la bienvenida, ¡Qué bien se siente! Abrazar de alegría compartida. Abrazo de gol, abrazo de oso, abrazar al hijo dormido, abrazados no sentimos frío, abrazados tenemos menos miedo, abrazo de te extrañé tanto. No hacen falta palabras, no importa el idioma, abrazar da fuerza, da confianza,

Vivir el presente

Cada uno elige. Me lo digo todo el tiempo. El pasado no se puede remediar, por más que uno siga insistiendo en la cabeza con que si hubiera dicho esto, o si hubiera hecho aquello. Ya no está más . Forma parte de personas que fuimos. Ya no s omos esos. Y el futuro apenas podemos soñarlo. vaya a saber que circunstancias nos pondrán a prueba o nos aliviarán el camino. Si logramos aunque sea cada día un poco concentrarnos en el presente, ser lo mejor de lo que podemos ser con nosotros y con los demás y tomar cada momento como definitivo, seguro que será posible fluir con la vida.
Los enanitos mágicos Ustedes ya saben que los gnomos son esos enanitos mágicos de barba larga, botones colorados y escarpines verdes, con punta. También saben que viven en los bosques, que alrededor de los treinta y cinco años dejan su infancia para entrar en la adolescencia que dura solo ciento un años más. De esos gnomos, les voy a contar hoy una historia. Una historia de gnomos, en un país de gnomos. Un país muy frío, siempre blanco de nieve. Las mamás se la pasaban tejiendo saquitos, calcetines, calzones y calzoncillos largos para mantener abrigada a su familia. Los papás gnomos cortaban leña durante largas horas para poder conservar el fuego en los hogares. Y todos los demás, viejos, adultos, niños y bebés trabajaban en el resto de las tareas hasta el agotamiento. No había tiempo para divertirse, para jugar o para dejarlo simplemente transcurrir. Hacía muchos años que no se los oía reír ni cantar. Largo tiempo atrás un rey había llegado de “Nadiesabedonde” y gob

Atención

ATENCIÓN Verlo podría convertirte en estatua de sal, espada en mano y armadura brillante,cabalgando entre las nubes. Por él serías  capaz de lavar, planchar, cocinar, limpiar como si fuera tu misión en la vida. Lo esperás desde que jugabas con las Barbies y a fuerza de engaños como los del Ratón Pérez o los Reyes Magos. Fuiste convencida de su existencia con las novelas de la tarde. Buscá a la bruja y pedile una pócima contra su encantamiento. Preferible naranja, amarillo o blanco o marrón o negro,el azul no le sienta a los humanos. Hui lo más rápido que puedas hacia el dragón, hacia el bosque espinosoy dejá de besar sapos solo pensando en transformarlos.

Monstruo de la bañera

Demasiado tarde para descubrir su truco de esconderse entre los pliegues de la cortina blanca y perfumada del baño. Yo lo sospechaba, presentía su existencia repugnante y gelatinosa. Por eso cada vez que entraba al baño corría la cortina, tratando de asegurarme que ningún peligro me acechaba desde el oscuro pozo de la bañera. ¡Qué equivocación la mía!. A veces cuando desconfiaba de la visión despejada de los azulejos verdes, llamaba a mi mamá con la voz algo quebrada. Al segundo ella solía estar allí para tranquilizarme. ¡Qué estupidez la mía! Ella también sabía lo del monstruo, sin embargo actuaba como si mi temor fuera solo producto de la imaginación de un niño. Ya no sabré nunca que motivó ocultarme la verdad. Hasta podría pensar que ella quiso que fuera así, pero es demasiado doloroso para aceptarlo. Ni siquiera tengo tiempo para pensar en otras posibilidades. Si pudieras verme y escucharme mientras relato este final, dirías que estoy loco o que lo imaginé en

Bronca

Odio esas broncas apretadas apiladas en papeles en puñetazos en insultos a empujones broncas que martillan que taladran que se esfuerzan en hacer doler broncas que alambran que trituran que disparan depredan desperdician ensucian con su mugre desaman descarnan escupen me enojan me embroncan me enardecen y a veces llegan tan tarde que amordazan con sus vendas sucias sin dejarme responder Me transpiran las manos se me nubla la vista se me arruga la nariz a veces mi cuerpo es un gesto enojado aunque no haga del enojo mi estilo de vida Me libera decirlo gritarlo hasta que se asome por una hendija un posible arco iris

Arrastrado por el mar

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Ian tomó la decisión de arrojarse del barco, así como estaba, con los grillos a los que había logrado partirles la cadena pero aún puestos y lastimandole los tobillos. Como pudo se agachó para quitarse los borceguíes y las medias de algodón como único recuerdo de su estadía, seguro que le dificultarían aún más su escape. Ahora se abrían más posibilidades, podía llegar a golpearse fatalmente en la caída, ser descubierto y morir de un tiro, ser devorado por un tiburón o simplemente no resistir el nado hasta la orilla. De todas formas todo era mejor que ese barco sin rumbo, donde moriría después de ser maltratado hasta lo impensable. Eso, era de lo único que estaba seguro. Él mismo había sido cruel con otros, torturándolos hasta enloquecer. Y también sabía que en algunas circunstancias. era casi imposible correrse de ese juego perverso. -Todo comienza con ver al otro como el enemigo, se dijo a si mismo,- ir borrando las coincidencias hasta creer que no pertenece a la raz

Muerte en una noche de reyes

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— No busquen más, dijo el gigante con vos enajenada a los policías que aún discutían sobre el rumbo que habría tomado el atacante. Y agregó  — fui yo quien lo mató. Sin demora , uno de los brigadistas le colocó las esposas y mientras lo llevaban, el gigante relató con detalle su crimen. Ya había amanecido. La luz entraba por un extremo del ventanal partiéndose en cuatro rayos que formaban unos espacios de luz y pelusas sobre la cama de Juan. Allí arrodillado, con su pijama a rayas celestes y blancas, la humanidad desgarbada y huesuda de Joselo, se acunaba con cara de espanto. No terminaba de entender cómo ese momento de placer y felicidad se le había convertido en horror. La luz del día, las manchas de sangre en las sábanas y el piso. Los corrillos de monjas, de policías y un par de hombres de traje. Todo le confirmaba que no había sido un mal sueño. El pabellón parecía más grande, los techos más altos, y todos más ajenos que nunca. Su querido Juan Bautista