Camino nuevo

Dije que iba a la casa de una amiga. Pero no. Voy sola. Elijo el bosque. El bosque era el paseo familiar de los domingos. Mi mamá llevaba en su mochila suficiente comida y abrigo. Mi hermano juntaba frutos y hojas como para convertir nuestra habitación en un museo de ciencias naturales. Le encantaba contarme todo lo que investigaba sobre sus tesoros. A mi, en cambio, me gustaban más los bichos y molestar a mi hermano que prefería mantenerse lejos de todo lo que se moviera por sí solo. Esta vez no es domingo. Y decido descartar el camino familiar. Elijo el sendero que está marcado con rojo. El silencio tejido de ramas me eriza la piel. Necesito mirar, respirar hondo, llenarme de ese olor a tierra fértil. Un camino apenas dibujado. Alguna señal indica por dónde seguir. Por momentos me aferro a las raíces de algún árbol que son como brazos para el camino que baja. Un colchón de hojas cruje con mis pasos. Siento la soledad. Como cuan...