Limericks

 Tiene una gata muy pero muy fina,

la señora que vive en esta esquina,

sólo come salmón 

 toma té con limón,

y sale a pasear en limusina.


Yo quería bailar en un salón,

con un leotardo azul ser sensación,

al hacer  gran jetè,

al sillón enredé,

y el golpe terminó con mi pasión.


En un chino de la esquina, el señor Chan

vende sal, vende queso, vende pan,

no habla el castellano,

saluda con la mano,

y usa tapaboca de celofán.


Mi vecina, la señora del B,

toca el timbre para tomar café.

¿Cómo está usted?, sonríe,

¡No quiero que se enfríe!

Y a mi puerta le pega un puntapié.


Mientras  escribo anda, aquí, un mosquito,

sobrevuela el papel, el muy maldito,

¿Quién picará primero?

Su aguijón se ve feo,

pero como bocado es exquisito.


Mi abuelito tenía dos pasiones:

pescar en el río y cantar canciones.

Desastre de cantor,

pero gran pescador,

su voz traía parvas de salmones.




El jardín de mi casa tiene un roble,

de hojas brillantes y madera noble,

juegan con las bellotas,

ratones y marmotas,

las torcacitas bailan pasodoble.

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