insomnio- Ana G Casale
Ritual de la noche,
con sus persianas bajas,
la birome se desliza
en la pista de renglones,
desaforada,
mi cabeza intenta vaciarse
antes de dormir.
Trazo una línea, garabateo,
escribo: es poco probable,
que el dentista tenga tanta mala suerte
o impericia
que en lugar de arreglarme una muela.
me destroce la boca,
y el dolor fuera la mordedura de mil tábanos.
Es poco probable también
que al salir de mi casa
avistara
un animal hambriento
agazapado en la sombras,
enredados los pensamientos
correría sin fuerzas a ninguna parte.
Es poco probable
tener que huir con mis hijos,
descalzos y hambrientos,
echados de un paraiso de barro,
empujados en un vértigo
de balas y gases.
Es improbable
que una bomba caiga sobre la casa de enfrente,
la de la terracita amarilla y naranja
que suelo mirar desde la ventana,
me temblarian la piernas,
los latidos escaparian por la garganta
desesperados sin entender el porqué,
Y aunque no sería improbable
morir esta noche,
dudo que ya muerta
siga dando vueltas preocupada
sin saber que pasa.
Cierro solo un ojo,
un poco más calma,
ordeno algunos pensamientos que me alivian:
el dentista me espera mañana con sus buenas herramientas,
Nagorno Kabaraj anocheció sin estruendos,
un veterinario salva a un zorro maltrecho por el fuego,
alguien rescata a una familia
y no tengo síntomas de estar muerta.
la luz suave trina en la ventana,
como si fuera el arrullo
de una madre amorosa,
agotada
me duermo en sus brazos.
l
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