El puente

Se niega a ceder ante el asfalto
un río de tierra con sus barrancas,
hay un puente para soñarlo.

Cuesta arriba voy y el corazón
late fuerte en la promesa
que siempre se cumple.

Estiro la mano, salto, grito
saludo su traqueteo,
el sauce,
sacude sus guirnaldas de hojas
para que todo sea una fiesta.

El sol deja sus rieles en el suelo
y juega al sube y baja 
con la luna llena.

La ciudad 
se vuelve un mar de luciérnagas.

Todo se hace presente.

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