Sentidos

¿Qué es la realidad? ¿Lo que ves? Podría ser, pero hace un par de días que tu ojo derecho decidió volverse miope. Te tapás el izquierdo y a más de treinta centímetros las caras se te desfiguran, se les borran los contornos. Un poco más lejos, la gente no tiene boca ni ojos. Buscás alguna respuesta en el cielo, pero a la luna también se le perdieron las facciones. Y las estrellas se hicieron  pedazos, como si las miraras a través de un cristal tallado. El derecho era tu ojo sano, con el que veías “cómo realmente es”. El otro, astigmático de nacimiento, te hacía creer que todo era más largo y delgado. Tus amigos se divertían escuchando lo que veías con ese ojo. Pero el derecho era el que tenía la razón y era tu parámetro de lo real.
Entonces ¿lo que escuchás es lo real? Casi no se te escapa nada. Siempre te acompañó ese don. La profe de música te pedía que reconocieras un Do o un Sol para deleitarse con tu oído absoluto. Y te pedía discriminar voces o instrumentos. Pero ahora algo te inquieta. En la ciudad es raro encontrar silencio y justo hoy domingo a las 10:00 de la mañana, pocos autos en la calle, poca gente, apoyado en la baranda del balcón, escuchás usilbido como de un aparato encendido. Dudoso, entrás al cuarto y el sonido sigue ahí. Desenchufás todos los electrodomésticos de la casa. Abrís la puerta. Tal vez el vecino... pero no. Esilbido vuelve a aparecer cuando todo está en ese silencio. No puede ser…¿Justo hoy se te ocurre preguntarte qué es la realidad? ¿Cómo vas a contestarte? ¿Viendo con un par de ojos que ven cualquier cosa? ¿Escuchando sonidos que están solo adentro de tu cabeza?
Pero esto no importa, te das ánimo. Te dejás fluir: inspirás, espirás. Ahí está tu corazón, tus sentimientos. Sin embargo casi sin pensar, recordás que el médico te diagnosticó un problema de tiroides. Relajarte queda para otro día y te ponés a buscar información en internet. Te enterás por wikipedia que cuando este tipo de problemas no se descubren a tiempo pueden llevarle al enfermo a creer que su estado de ansiedad y depresión son problemas psicológicos, cuando en realidad son hormonas que van vienen como quieren.
¿Qué es la realidad ? Seguís preguntándote ya bastante desilusionado. Por suerte y contra todas las dudas, tenés los pies bien en la tierra. Tratas de acallar tu mente. Las plantas de los pies sienten el suelo. La fuerza de gravedad aún te arraiga y te da sentido de pertenencia.
Y de repente, sin saber por qué, perdés en un segundo esa sensación de apoyo y un pie se levanta levemente del piso. Intentás volver a bajarlo pero nada. Salís a la calle para no angustiarte más. Nadie se da cuenta, pero así andás un buen rato. Rengueando entre la gente. Dos cuadras más y tu otro pie se eleva también. Ahora vas apenas suspendido en el aire sin tocar la tierra. Tal vez hubiera sido lo mejor en tu adolescencia ávida de experiencias, pero ahora era lo que menos querías y esperabas. En algún momento la gravedad te abandona por completo y tu cabeza da contra un techo. Después, todo se apaga y la realidad se esfuma en un vacío sin prisa.

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