Agendas
Agendas
¿Por qué la primavera parece más llena de vida que otras estaciones? Gritos, música, bocinazos, risas, el canto del vendedor que ofrece cubremanteles enmarcan las tardes de Caballito.
Un colectivo se acerca a la parada de Acoyte donde suben varias personas.
El kiosquero arma una mesa llena de agendas para el próximo año. En la puerta del Banco Provincia suena una banda de jazz compuesta por guitarra, contrabajo y clarinete.
En esa escena musicalizada, una mujer vestida de impecable blanco y negro lleva un bebé en cochecito. El niño, un pequeño déspota de rulos y traje, parece ensayar su futuro como gerente general.
El colectivo ahora lleno, se detiene ante el semáforo.
Adolescentes de pollera cuadriculada, camisa blanca y corbata roja, conversan animadas sobre sus exámenes.
Otra mujer, vestida de deportivo verde, arrastra un changuito acompañando rítmicamente a la banda musical. En su mano lleva una lista de compras para el mes.
Ninguna parece registrar el momento ni mira las nubes que se amontonan en el cielo ni se detiene a escuchar a la banda.
Todas coinciden en la mesa del kiosquero para revisar las agendas coloridas.
Al doblar por Rivadavia, el colectivo pierde el control, sube a la vereda y se estrella contra la puerta del banco.
Vuelan por los aires: un cochecito, una guitarra, un clarinete, un contrabajo y un changuito.
Las agendas desparramadas por la vereda siguen invitando a planificar el año próximo, llenas de promesas de vida.
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