Unos mates con mi perra Puka
¿Por qué estoy acá y no en otro lado? Miles de decisiones propias y ajenas, casualidades y contextos me trajeron hasta este lugar.
¿Cuántos trabajos, inventos, historias, arrastra este poder encender fuego y llenar la pava con agua de la canilla?
¡Cuántas manos cuidaron los yerbatales, cortaron hojas, cruzaron rutas.
Las manos ajadas de calor fabricaron la pava y la tostadora. Alguien vio derretirse el metal, y darle forma. La tostadora la compró mi mamá que ya no está y la pava, mi tía, que ya no se acuerda.
Puka sigue dando vueltas con su juguete que tal vez vino de China , igual que el supermercadista y mis ojotas.
¡Cuántos trabajos y sueños de los que fabricaron la heladera donde ahora guardo la manteca!."Si señora, en doce cuotas" dijo el hombre que me la vendió. Otra época. Pude comprarla y elegir la más ecológica o mejor dicho, la menos contaminante.
¿Cómo sería la mirada de la vaca a la que le sacaron la leche para mi manteca?
Y otra vez, cientos de manos para que yo tenga un prisma de base cuadrada, (¿ Quién habrá inventado que la manteca deba tener esa forma?) recubierto de papel aluminio. Con un cuchillo de madera, unto un pan lleno de semillas que alguien habrá recolectado.Más manos, máquinas, fuego...
Y esta instantánea no está completa , pero sería imposible pasar a una próxima acción si sigo deshilando el camino que me trajo hasta este momento.
¡Y yo creyendo que este mate me lo tomaba sola!
¿Cuántos trabajos, inventos, historias, arrastra este poder encender fuego y llenar la pava con agua de la canilla?
¡Cuántas manos cuidaron los yerbatales, cortaron hojas, cruzaron rutas.
Las manos ajadas de calor fabricaron la pava y la tostadora. Alguien vio derretirse el metal, y darle forma. La tostadora la compró mi mamá que ya no está y la pava, mi tía, que ya no se acuerda.
Puka sigue dando vueltas con su juguete que tal vez vino de China , igual que el supermercadista y mis ojotas.
¡Cuántos trabajos y sueños de los que fabricaron la heladera donde ahora guardo la manteca!."Si señora, en doce cuotas" dijo el hombre que me la vendió. Otra época. Pude comprarla y elegir la más ecológica o mejor dicho, la menos contaminante.
¿Cómo sería la mirada de la vaca a la que le sacaron la leche para mi manteca?
Y otra vez, cientos de manos para que yo tenga un prisma de base cuadrada, (¿ Quién habrá inventado que la manteca deba tener esa forma?) recubierto de papel aluminio. Con un cuchillo de madera, unto un pan lleno de semillas que alguien habrá recolectado.Más manos, máquinas, fuego...
Y esta instantánea no está completa , pero sería imposible pasar a una próxima acción si sigo deshilando el camino que me trajo hasta este momento.
¡Y yo creyendo que este mate me lo tomaba sola!
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