Empatía
Empatía Cualquier vecino de Caballito sabe que en la avenida Rivadavia, a la altura del Banco Provincia, salga el sol o llueva, un hombre de traje y anteojos ofrece su mercancía con la dignidad de un árbol :”para cubrir la mesa, para proteger el mantel”.Todo en él es corrección. Una mujer se acerca, le alcanza una bandeja con un almuerzo que huele a comida casera. No lo conoce, sólo sabe que, por alguna razón, está ahí desde siempre. El hombre sonríe, la mira a los ojos y aplaude como un niño agradecido.